Por: Fernando Vera Revollar Mar,
ESPECIALISTA EN PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN DE TURISMO
Hace más de dos décadas, el desarrollo del Circuito Turístico Nor Amazónico está en el discurso de los líderes gremiales, autoridades, funcionarios públicos e incluso algunos políticos. Aún ahora en el escenario COVID 19, se oye a personajes del sector hacer mención a este maravilloso espacio de nuestro país, pero sus palabras siguen sonando como hace veinte años, mucho del ‘qué’ y poco del ‘cómo’, sin poder responder una pregunta que cae de madura: ¿Por qué en veinte años no se ha logrado comercializar de manera efectiva este ‘Circuito’?
En esta época de reflexión, y a pesar de los muchos esfuerzos y gestiones efectuados hasta la fecha por los actores de las regiones componentes, toca ponernos a pensar en los factores que imposibilitan que este anhelo común se convierta en una realidad. Con respeto y voluntad de aporte a esta reflexión, dejo algunas preguntas que quizás sirvan para evaluar todo lo andado y pensar en el futuro.
¿Es el espacio Nor Amazónico un circuito viable desde la operación comercial integrada? Para responder a esta pregunta, debemos evaluar primero cuántos destinos hay en cada región, a qué público objetivo y tipos de demanda responden ellos, ver si existe coincidencia de público objetivo o demanda, incluyendo en la búsqueda de similitud, no solo aspectos de atracciones o temáticas, sino también tiempos disponibles y montos de inversión para viajes prolongados. Es importante analizar de manera objetiva los porcentajes reales de flujos coincidentes y determinar si se trata de destinos con ofertas y públicos distintos o si se trata de destinos que comparten mayoritariamente el mismo público. Si la respuesta es lo segundo, entonces cabe realizar la pregunta siguiente:
¿Se trata de un espacio con destinos no integrados comercialmente pero que cuentan con una plataforma de gestión integrada que tiene los mismos estándares de gestión? Para responder a esto, deberíamos, por ejemplo, ponernos a revisar si los PERTUR de las regiones tienen la misma estructura, indicadores, enfoque o metodología. Otra tarea es ver los Planes Estratégicos Gremiales o si la estructura de institucionalidad tiene una lógica común o si al menos se usan las mismas herramientas de gestión a nivel de municipios, gobiernos regionales, gremios y empresas.
Una última mirada podría estar fijada sobre el logro de economía de escala en capacitaciones, misiones comerciales, compras de insumos para empresas, etc. Verifiquemos, por último, si tenemos inversión en acciones conjuntas que nos ayuden a mejorar.
Finalmente pensemos si el ícono atractor, sobre el cual se ha invertido -desde el Estado- la mayor cantidad de recursos en los últimos años. Cumple la misión de generar flujos suficientes para sí, como para los otros destinos que pretendemos integrar en un solo viaje. ¿Tendrá este ícono llamado Kuélap, las condiciones de geoposición que permitan -primero- cumplir con sus propias expectativas de éxito y luego ser capaz de irradiar al resto? Para responder a esto, habría que evaluar de manera objetiva y concreta los resultados del
sistema de telecabinas, la conectividad aérea, desde una visión realista de mercado y las condiciones de integración territorial real de todos los espacios; considerando que los tres elementos fundamentales que posibilitan un viaje son la motivación, el tiempo y el dinero.
Para nadie es un secreto que las grandes obras se construyen de abajo hacia arriba, quizás sea momento de empezar destino por destino a construir aquello que soñamos y espero que las preguntas que formulo, sirvan para el debate y reflexión siendo este aporte una posición adicional a las muchas respetables y válidas existentes.
