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“Explorando la biodiversidad del bosque seco de colina en la Ruta de la Peña Blanca en el valle Jequetepeque”

POR: Luis Felipe Quiroz Díaz

Como fotográfo, es importante destacar la preocupante situación que atraviesan los bosques secos, ya que más del 60% de ellos han desaparecido y el otro 40% se encuentra en peligro o fragmentado. Es fundamental conservar estos bosques en el valle Jequetepeque, ya que brindan servicios ecosistémicos, como los culturales y de recreación, incluyendo el ecoturismo.

En particular, la “Ruta de la Peña Blanca”, cerca del pueblo de Tembladera en el valle Jequetepeque, es una excelente opción para apreciar la belleza y diversidad del bosque estacionalmente seco del noroeste. Este tipo de bosque presenta una cobertura vegetal única, que varía a medida que se asciende desde la costa hasta la cordillera de los Andes, y es importante destacar que en la época seca, muchas especies de árboles pierden sus hojas, pero en la época de lluvias, estos mismos árboles se llenan de hojas y el suelo se cubre de hierbas efímeras, lo que contribuye al ciclo biológico.

Es importante mencionar también que la corriente cálida del Niño tiene un impacto significativo en la zona, generando lluvias de enero a mayo, mientras que el resto del año los seres vivos deben enfrentar tiempos difíciles. Esta situación ha llevado a la aparición de especies endémicas, como algunas aves que habitan en la zona, incluyendo la urraca de cola blanca, el mosquero de Baird y el bolsero de filos blancos.

En resumen, la conservación de los bosques secos es una prioridad para el bienestar de la sociedad y el ambiente, y la “Ruta de la Peña Blanca” ofrece una oportunidad única para apreciar la biodiversidad y la belleza del bosque estacionalmente seco del noroeste.

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